Archive for agosto 16th, 2012
Tú eres la primera profesora del niño y la más importante. Probablemente piensas mucho acerca de los valores que quieres inculcarle e intentas pasar con él tanto tiempo como puedas. Pero ¿quién más le enseña a tu hijo? Para la mayoría de los niños es la televisión. ¿Cuánta atención le dedica tu hijo a la televisión y qué está aprendiendo?
Hay encuestas que muestran que los niños pasan un promedio de tres o cuatro horas al día frente al televisor. Si sumas el tiempo que pasan viendo películas, jugando con juegos de vídeo y ordenador y navegando por Internet, el promedio de horas diarias que pasan los niños frente a la pantalla asciende a seis. Cuando el niño llegue a la edad escolar habrá visto un promedio de 4.000 horas de televisión, más tiempo del que ha pasado en la educación preescolar.
¿Qué aprenden los niños en la televisión?
Programas educativos
Algunos programas de televisión son educativos y de entretenimiento para los niños, y la mayoría de los programas educativos están dirigidos a niños de más de dos años. Programas como Barrio Sésamo o los Lunnis tratan de enseñar a los niños sobre los sentimientos, la forma de ser buenos amigos, el interés por el mundo, los números, las letras, canciones y bailes. Pero el simple hecho de que un programa sea para niños no significa que sea educativo. Muchos programas infantiles, incluidos los de dibujos animados, son violentos (los programas infantiles muestran un promedio de 20 actos violentos cada hora, y más de la mitad de los videojuegos son violentos).
¿Puede la televisión ser educativa para niños de menos de dos años? Algunos expertos creen que ver la televisión afecta el desarrollo visual y auditivo de los bebés y su capacidad de atención. Durante los primeros años de vida el cerebro del bebé se desarrolla con gran rapidez como respuesta a sus sentidos e interacciones con el entorno. Puesto que la televisión produce estímulos no naturales para sus sentidos (las imágenes son planas en vez de tridimensionales, las imágenes se mueven demasiado deprisa, la calidad del sonido es deficiente, la televisión no permite interactuar), podría “activar” los cerebros de los bebés para experiencias pasivas en vez de “conectarlos” activamente con su mundo. Estudios recientes muestran que la mejor manera de ayudar a los bebés a aprender (a que experimenten emociones, hablen y jueguen) es mediante interacciones reales con personas y su entorno.
Violencia
En un estudio reciente sobre la violencia en la televisión se encontró que:
- Cerca de dos tercios de los programas de televisión contienen escenas violentas.
- La mayor parte de dicha violencia está en los programas infantiles.
- Con frecuencia la violencia en la televisión se muestra como algo elegante.
- Muchas veces no se castiga a los autores de actos violentos.
Al terminar la primaria, el niño ha visto en la televisión un promedio de 8.000 asesinatos y otros 100.000 actos de violencia. Algunos estudios han encontrado que los niños que ven más televisión son más propensos a la agresividad, especialmente después de haber visto programas violentos. Los niños pueden aprender a usar la violencia para expresar sus enfados y para resolver discusiones con otras personas, y con frecuencia no entienden que en realidad la violencia hiere y mata a la gente. También pueden volverse demasiado miedosos, desarrollar ansiedad y tener pesadillas, o tener dificultades de concentración y aprendizaje.
Nutrición
Hay estudios que muestran que cuanta más televisión ven los niños, más probable es que sufran de sobrepeso. Cuando los niños pasan su tiempo libre estirados frente al televisor, no hacen el ejercicio necesario para su desarrollo. Además, los anuncios de televisión hacen publicidad de caramelos, refrescos, etc. y animan a los niños para que coman “comida basura” alta en calorías. La obesidad infantil puede provocar numerosos problemas de salud así como dificultades sociales.
La televisión también promociona un modelo femenino demasiado delgado. Se ha encontrado que las niñas, incluso desde muy jóvenes, se preocupan demasiado por su peso y emprenden dietas que pueden afectar su salud y su autoestima.
Tabaco, alcohol y otras drogas
En los anuncios y programas de televisión y en las películas aparecen personajes atractivos, saludables y de éxito bebiendo cerveza, fumando y hablando de consumir otras drogas. Los niños aprenden en la televisión y en el cine que fumar, beber y consumir drogas es “guay”; no pueden ver lo destructivas que son para la salud, la educación, la relaciones y el trabajo de las personas.
Sexo
Los programas de televisión, los anuncios, los vídeos musicales, las películas y los videojuegos presentan una gran cantidad de contenido sexual. Muestran a adolescentes y adultos que llevan trajes insinuantes y adoptan actitudes provocativas, y hablan de sexo, y hacen el amor. En la televisión el sexo se muestra como algo divertido y excitante; rara vez se habla de compromiso y relaciones a largo plazo, de la contracepción y de la forma de prevenir las enfermedades de transmisión sexual. Cuando por fin tienes “La conversación” sobre sexualidad con tus hijos, tu mensaje podría resultar eclipsado por los mensajes sobre sexo que han visto durante años en la televisión.
Consumismo
Los anuncios son pegadizos y entretenidos; es muy probable que tu hijo se haya aprendido muchos eslóganes y canciones publicitarias. Incluso tú recordarás algunas de cuando eras niña. El propósito de los anuncios es convencer a los niños de que para estar a la moda y ser felices tienen que comprar ciertos juguetes, comidas, ropas, etc., mucho de lo cual en realidad no necesitan.
¿Qué pueden hacer los padres?
Con nuestras ajetreadas vidas es difícil encontrar el tiempo y la energía necesarios para animar a nuestros hijos a que jueguen de forma activa. La mayoría de los padres recurren a la televisión como “canguro” cuando necesitan hacer cosas en casa o simplemente cuando necesitan un descanso. He aquí algunos consejos que ayudarán a que te impongas transmitiendo tus valores cuando enciendas el televisor:
1. Limita el tiempo de entretenimiento frente a la pantalla: los niños de menos de dos años no deben ver la televisión. El promedio de tiempo de televisión para los demás niños (incluyendo los vídeos y los videojuegos) deberá ser de entre una y dos horas al día.
2. Elige los programas: selecciona los que sean educativos y no violentos. Considera la posibilidad de adquirir un televisor que tenga la opción de bloqueo de programas que muestren violencia y sexo. Sintoniza la televisión pública o alquila vídeos de programas educativos sin publicidad. En vez de hacer “zapping”, elige un programa y cuando termine apaga el televisor.
3. No pongas televisores en las habitaciones de los niños; si el niño no ve el televisor es menos probable que quiera ver la televisión. Pon el televisor en un sitio en el que sea fácil controlarlo.
4. Mira la televisión junto al niño y conversa con él sobre los contenidos. Asegúrate de que lo que ve sea apropiado. Habla con el niño sobre el programa para conocer sus impresiones, para poner en claro lo que es real y lo que no y para disipar sus temores. Habla especialmente de la forma en que están retratados en la televisión la violencia, el sexo, el tabaco, la bebida y otras drogas y la comida; hazle preguntas sobre los mensajes y explícale tus propios valores.
5. Proponle otras formas de diversión: en vez de que se acostumbre a ver la televisión, ayúdale a que emprenda otras actividades como jugar con adultos, niños y mascotas, montar en bicicleta, hacer construcciones con bloques, leer, escribir cuentos, cantar y bailar, hacer proyectos artísticos, hacer puzles o ayudarte en la cocina.
6. Predica con el ejemplo: limita el tiempo frente al televisor y el tipo de programas que ves para animar al niño a que siga tu ejemplo.