Escuela de Padres

El hábito del sueño

Posted on: 13 julio, 2013

El sueño del niño y sus alteraciones se está convirtiendo en un difícil reto al que deben enfrentarse los padres.

Los padres deben establecer el hábito del sueño en los niños, hay que descartar la idea de que les ha tocado un niño difícil o que duerme mal. El buen o mal dormir se puede enseñar y corregir cuando sea necesario. Para ello deben respetar las llamadas reglas de oro del buen dormir:

  • Establecer un horario. Regularizar la hora diaria de acostarlo y levantarlo.
  • Siempre en el mismo lugar, debe ser una estancia tranquila y oscura. El ambiente térmico debe ser agradable (18-22 grados) y disminuir en lo posible el ruido ambiental.
  • Siempre de la misma manera, para establecer una rutina. Enseñar al niño a dormirse solo. Hablarle en un tono de voz tranquilo, transmitiéndole seguridad.
  • Evitar acostarlo con hambre o con exceso de líquido. También evitar alimentos excitantes (coca-cola, chocolate, té…)
  • Evitar la actividad vigorosa una o dos horas antes de acostarlo.
  • Que no duerma siestas muy prolongadas o tardías.
  • No potenciar la angustia buscando “fantasmas”.

Algunas de las estrategias que podemos utilizar para inculcarle el hábito de sueño a los niños cuando son pequeños son:

            1.- Establecer un sitio, una hora, una rutina.

            2.- Elegir las cosas para dormir.

            3.- Colocar al niño en la cama con sus cosas para dormir.

            4.- Despedirse en un tono tranquilo.

            5.- Salir de la habitación pase lo que pase.

            6.- Si llora o arroja objetos esperar un intervalo de tiempo para regresar a la habitación.

            7.- Cuando regresemos el llanto y las llamadas de atención se incrementarán. Hay que ser firmes.

            8.- Cada vez que el padre entre en la habitación repetir el paso tercero.

            9.- En los días sucesivos, cuando el niño se despierte se debe repetir el proceso desde el paso cuarto. Le decimos sin alterarnos, que es hora de dormir, y que no se preocupe que estamos en la habitación de al lado.

A continuación mostramos un ejemplo de rutina a seguir para que el niño adquiera este hábito:

20:00h Avisarle de que se acerca la hora del baño, para que vaya terminando la actividad que esté haciendo y que recoja sus cosas.
Unos diez minutos después Asegurarnos de que ha recogido, está preparando su ropa (pijama), va al baño y se desnuda.
20:30h Se ducha. Una ducha relajante, con calma, sin juegos excesivos. Avisarle unos minutos antes de sacarlo de la bañera. Se pone el pijama, recoge el baño y se le anuncia el siguiente paso: la cena.
21:00h Colabora para poner la mesa y cenamos, una cena agradable y relajada. La cena no debe alargarse mucho, unos veinte minutos. Recogemos y le anunciamos el siguiente paso: actividad relajada.
21:20h Podemos dedicar unos diez minutos a una actividad relajada: cantarle, hablarle, felicitarle por algo que haya hecho. Es importante que sea algo tranquilo, porque si después de la cena nos ponemos a jugar con él al pilla-pilla, el niño se activará y es imposible que le entre sueño. Tampoco es buen momento para repasar los deberes, preparar la maleta…, pues cuantas más actividades haga a esta hora, más se activará. A continuación le avisamos: coge tu muñeco y a la cama que vamos a leer un rato antes de dormir. Debemos ser firmes, no entrar en negociaciones, con tranquilidad le repetimos: “ya sabes que es hora de irse a la cama”.
21:30h Bajamos la intensidad de la luz, hablamos más bajo… Es la hora de leer.
  Después  de la lectura nos despedimos: ¡buenas noches!; apagamos la luz y nos marchamos.

Llegar a esta secuencia no es fácil. Los niños conocen mil estrategias para retrasar el momento de irse a la cama. Muchas veces es más cómodo para el adulto dejarlo que se duerma viendo la tele o en nuestra propia cama. Es conveniente que el niño vaya aprendiendo a dormir solo y que lo haga en su propia cama, de este modo contribuimos a que el niño sea más autónomo.

Hay circunstancias en las que podemos ser un poco más flexibles: porque lleguemos tarde de una fiesta y se haga más tarde; esté muy nervioso; haya tenido pesadillas…, pero le explicaremos que es una excepción.

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