Escuela de Padres

Archive for julio 22nd, 2013

Los terrores nocturnos se caracteriza por:

  • Gritos
  • Movimientos bruscos
  • Sudoración, taquicardia, respiración rápida, enrojecimiento facial, y dilatación de pupilas.
  • El niño se incorpora y, aunque tenga los ojos abiertos no se encuentra realmente despierto. Se vuelve a dormir y al despertar no se acuerda de nada.
  • Aparecen a los dos o tres años.

Cuando un niño presenta terrores nocturnos permanece en este estado durante unos minutos y si se le despierta parece confuso, incoherente y desorientado con amnesia del episodio. Pasada la crisis el niño vuelve a dormirse tranquilamente, no recordando a la mañana siguiente lo acontecido. Es conveniente no despertarlo.

Los terrores nocturnos pueden aparecer de forma espontánea o ser provocados por diversos estímulos: ruidos, cambio forzado de postura en la cama, fiebre, privación de sueño, etc. Estos episodios tienden a desaparecer al llegar la adolescencia. Sólo si estos episodios se repiten con cierta frecuencia deben ser vistos por su pediatra o el especialista en trastornos del sueño.

Para reducir los terrores nocturnos o evitarlos podemos:

  • Acostarlos antes de que estén muy cansados.
  • Inculcar el hábito de sueño
  • Hacer todo lo posible para que los niños se acuesten tranquilos, sin temores.
  • Si el niño sufre un terror nocturno, se le puede acariciar para calmarlo. Si el trastorno se alarga en el tiempo consultar con el especialista.

Escribe tu dirección de correo electrónico para suscribirte a este blog, y recibir notificaciones de nuevos mensajes por correo.

Únete a otros 186 suscriptores

  • 1.138.178 visitas