No crea en su propia publicidad
Posted 29 julio, 2013
on:En la película, Big, Josh es un adolescente de trece años que mediante un deseo, pide hacerse adulto instantáneamente. A la mañana siguiente despierta dándose cuenta de que tiene el cuerpo de un hombre de treinta años. Se ve forzado a dejar su casa, ya que después de todo, ¿cómo le explicaría usted a su madre que, en una noche, envejeció veinte años? Posteriormente, consigue un empleo en una compañía de juguetes, y debido a que aún sigue siendo un niño y ve el mundo como tal, impresiona a su jefe, que le da un ascenso y le asigna la tarea de probar e inventar nuevos juguetes. Él sabe lo que un niño espera de un juguete, después de todo, a pesar de su apariencia, sigue siendo un niño de trece años. Poco a poco sus prioridades fueron cambiando, por lo que se involucra de lleno en el desarrollo de una nueva línea de juguetes y no le dedica más tiempo a su amigo Billy. Finalmente, Billy irrumpe en su oficina e impide que continúe con una llamada telefónica de negocios. «¡Esa llamada era importante!.., grita ]osh. «¿Ah si?.., contesta Billy, «Bueno, yo soy tu mejor amigo, ¿qué es más importante que eso?…
La mayoría de nosotros nos gusta pensar que somos muy importantes en nuestros trabajos. Tanto es así, que podemos correr el riesgo de que nuestros propios sentimientos de superioridad nos hipnotizen, y nos hagan perder el sentido de la realidad. No se engañe: a pesar de cuan indispensable piense que es en su trabajo, alguien más puede hacerlo y lo hará en el futuro. Es doloroso admitirlo, pero usted no es indispensable, exceptuando en su casa, donde por supuesto, usted es irremplazable. Usted es la única madre o el único padre que sus hijos tienen. Ellos realmente desean y necesitan estar con usted. Sus hijos lo aman automáticamente, sin condiciones. Quieren su amor y perdonan sus errores pasados. No le guardarán ningún rencor por lo sucedido en el pasado, si la pasan bien en el presente.
Para Chris, la responsabilidad más importante que tenía con su familia era «traer el sustento al hogar… Por esa razón, a pesar de que amaba a sus hijos, se permitía pasar mucho tiempo en la oficina. El problema fue que, aun estando en casa, la mayoría del tiempo se preocupaba por documentos urgentes de la oficina. Chris se justificaba diciendo que estaba trabajando fuerte con el fin de brindarles un hogar estable y todas las cosas que nunca tuvo de niño. Un día, según deducía él, sí trabajaba bastante fuerte, podría retirarse antes y disfrutar de la «ganancias.. de sus «inversiones… Podría pasar tiempo con su esposa e hijos, sabiendo que su futuro estaba asegurado.
Así que cada vez que ellos se quejaban porque deseaban que Chris pasara más tiempo en casa, él les recordaba esto: «Estoy haciendo esto por ustedes». Hasta donde él sabía, Diane, su esposa, tenía todo lo que pudo haber querido alguna vez. Pero para Diane, Chris, el hombre con quien se había casado y con él que quería pasar su vida, nunca estaba presente para disfrutar con ella, o para hablar sobre aspectos realmente importantes para ella. Diane lo amaba, pero se sentía abandonada.
Al principio ella resentía el tiempo que su esposo pasaba trabajando, pero lentamente aprendió a desligarse emocionalmente de él, si es que quería sobrevivir. Se entregó totalmente a su papel de madre a tiempo completo y progresivamente construyó su propio círculo de amigos. Permanecer ocupada le ayudaba a sobrellevar su soledad. Posteriormente, cuando sus hijos crecieron y se volvieron más independientes, se involucró en un grupo de beneficencia local, trabajando como voluntaria. Era buena en lo que hacía, muy popular y muy solicitada.
Cuando Chris tenía cincuenta años, obtuvo su jubilación temprana. Tenía una pensión satisfactoria y esperaba disfrutar la vida con su familia… pero descubrió que ellos ya no estaban ahí. Sus hijos se habían marchado de casa y habían iniciado sus propias vidas en otra parte. Aún cuando llegaban a visitarlo, se daba cuenta de que entablar una conversación con sus hijos era difícil tanto para él como para ellos. Parecían tener pocas cosas en común; no tenían mucho de que hablar. Diane, quien alguna vez tuvo todo el tiempo del mundo para él, ahora siempre estaba fuera, siempre ocupada, preocupada y distante. Esa no era la mujer con que se había casado. Era una completa extraña. Chris se sentía solo. ¿Para eso había trabajado tan duro y por tanto tiempo?
En la película Beethoven, George y su esposa Alice discuten por causa del perro de la familia, que está arruinando sus planes de negocios. «Mis sueños se están desmoronando, ¿y tú te preocupas por el perro? grita el esposo. Tu familia se está desmoronando ¿y te preocupas por tus sueños?», contesta ella.
La realidad es, nos guste o no, que su desempeño en el trabajo no es lo más importante para sus hijos. Si su hijo tiene menos de trece años, todavía piensa que usted es el padre más estupendo del planeta. Sus hijos están convencidos de que si algo le sucediera el mundo dejaría de girar. Y si tienen más de trece años, no les impresiona lo que usted hace en su trabajo. Lo que usted haga por ellos es mucho más importante. Ellos comprenden que usted tiene que trabajar, pero lo que realmente desean es su tiempo. A sus hijos no les interesa su perfil público, su ascenso o la cantidad de dinero de su aumento. Lo que a ellos les interesa es usted, así que dedíqueles tiempo hoy, mientras que aún tiene oportunidad de hacerlo.
Steve Chalke
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