Reglas de convivencia familiar
Posted 6 agosto, 2013
on:Algunas de estas normas o reglas son explícitas y otras implícitas. En el mejor de los casos la pareja las establece a través de charlas en las que se ponen de acuerdo para organizarse, definir horarios, disciplina y obligaciones, determinar aspectos que consideran problemáticos y cómo piensan que los pueden resolver, e incluso adelantan la forma en la que educarán a sus hijos. Ésta es una situación que pocas veces se da en la realidad, lo más común es que estas reglas surjan espontáneamente aportadas por la experiencia que cada uno de los miembros de la pareja ha tenido con su familia de origen, combinadas con las expectativas que desean para su vida en común.
Nueva familia, nuevas reglas
Como cada uno se crió en hogares diferentes que a su vez tuvieron sus propias reglas y modos de organización, cada miembro de la pareja por lo general piensa que “así es la vida” y que lo que ellos vivieron es lo “normal”, por esto actúan conforme a esta convicción y esperan del otro reacciones semejantes a lo que sucedía en su familia. De esto se desprende que deben negociar y combinar expectativas para convivir juntos, construyendo un estilo familiar propio, con la amalgama de reglas y estilos de ambos cónyuges.
4 ESTILOS DE FAMILIAS
Estas normas de convivencia son muy variadas e incluso van cambiando conforme el proceso de la vida familiar transcurre a lo largo de la vida, pero en términos generales se puede hablar de cuatro estilos de familias determinados por la forma en que mayormente se conducen:
- Familias rígidas. Cuando se establecen normas o patrones en forma autoritaria e inflexible. Es común que en estas familias la pareja adopte roles tradicionales. Que la autoridad la ejerza el padre (aunque también las hay donde es ejercida por la madre). La comunicación es vertical y está restringida. Los hijos tienen pocas posibilidades de expresión.
- Familias laxas. Cuando existe el mínimo de normas. En realidad los padres no se preocupan por mantener el control disciplinario de sus hijos y son permisivos en extremo, sin ocuparse de ellos, ni preocuparse por su educación. Esto provoca que los lazos afectivos que tienen sean débiles, por lo que los hijos suelen buscar satisfacer sus necesidades emocionales fuera del hogar. Existe poca comunicación entre hijos y padres.
- Familias flexibles. Cuando hay capacidad de aplicar las normas de conducta en forma discriminada según la edad y tipo de situación. Los padres establecen modos de controlar a sus hijos para poder educarlos y encauzarlos, pero son capaces de cambiar las reglas cuando los hijos crecen y adquieren responsabilidad y opinan negociando algunas reglas. La comunicación suele ser horizontal y, según la circunstancia, incluso democrática (el domingo todos pueden opinar sobre la diversión, no así acerca de la distribución del gasto); las reglas pueden ser negociadas por los hijos porque la finalidad no es sancionar, sino educar. Los lazos afectivos que se forman son más fuertes.
- Familias caóticas. Se establecen normas sin fundamentación racional y fluctuando de unas a otras, sin ningún orden o expectativa. Es decir: unas veces se establecen normas que incluso son transgredidas por los propios padres, en otra ocasión no se cumplen o funcionan con base en los estados de ánimo de éstos. Los patrones de comunicación suelen ser ambivalentes y contradictorios, pues muchas veces el padre opina una cosa y la madre otra, por lo que el niño crece sin saber bien a qué atenerse.
En conclusión
Cada familia es única e irrepetible y muchas de sus normas de convivencia son una forma de adaptación, definidas por las características personales de sus miembros. Sin embargo, es posible decir que el mejor ambiente para que crezca un niño es el de la familia flexible, en donde se permite un entorno de orden predecible para las consecuencias de los actos y existe la posibilidad de expresarse y sus miembros tienen capacidad de comunicarse afectivamente entre sí.
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