Escuela de Padres

Archive for diciembre 2013

Para  muchos la Nochevieja es la fiesta menos familiar de la navidad. Parece que la despedida  del año es la celebración en la que los niños disfrutan menos. Es importante buscar alternativas para  convertir esta noche en una noche especial, donde disfrute toda la familia.

Disfrutemos  de  la  presencia de  los mas pequeños, organizando  una fiesta para  todos, llena de  alegría  y diversión.  Nada  de  hacer que los niños se entretengan  con algo  para  que nos dejen hablar  tranquilamente. Hagamos a los niños y niñas participes de la fiesta, que sean protagonistas también.

PROPUESTAS DIVERTIDAS PARA  UNA  NOCHEVIEJA ESPECIAL

  • Trata de juntarte con amigos y/o familiares que tengan niños de la misma edad.
  • Organiza una fiesta de disfraces. Puedes elegir algún tema, no hace falta comprar disfraces, busca lo que tengas en casa. Usa la imaginación y haz que los niños y niñas participen y aporten ideas.
  • Juega  a  cambiar los  papeles. Cada  miembro de  la familia  se haga  pasar  por otro (podéis usar algún objeto para  disfrazaros, imitar gestos, palabras, etc. ) y los demás tiene que adivinarlo.
  •  Prepara la cena con los mas pequeños. Haz que participen y colaboren en la preparación de  los platos de comida, poner la mesa
  • Bailesy canciones. Deja que los niños y niñas colaboren en escoger canciones. Baila y canta con ellos.
  • Chistes y bromas. Expresa tu alegría. Trata de reír con los mas pequeños, para  ello utiliza los chistes y las bromas. Ten en cuenta la edad  de los niños y haz que ellos sean participantes también.
  • Trucos  de  magia. A  los niños y niñas les encantan los trucos de  magia.  No hace falta  que sean truco complicados. Puedes aprovechar para  bromear también. Haz que algo desaparezca, usa la imaginación.
  • Caja  con propósitos.  Un juego  especial  para  despedir  la ultima noche del  año y dar  la  bienvenida al próximo año  es hacer que  cada  miembro de  la  familia escriba en un papel su propósito  para  el año próximo, lo leeremos en voz alta y compartiremos con los demás. Después se dejaran  todos en una caja. Si los niños no saben escribir, se les ayudara  a ello. La idea es que durante el año colaboren todos para  que cada miembro cumpla su propósito. También, puede anotarse un propósito para  cada mes del año.
  • Uvas. Haz que los pequeños colaboren en la preparación  de las uvas y explícales el significado y lo que hay que hacer. Puedes también adaptar el ritual a  ellos y partir  las uvas, o sustituirlas por algo  como chocolates pequeños, bolitas de patata, etc.…
  • Brindis. Con la llegada  del año nuevo todos brindamos. Prepara  copas para  los niños y niñas.  Es importante que ellos sean también protagonistas, rellénalas con agua, zumo o algún refresco y brinda con ellos.

Por Celia Rodriguez Ruiz

La época navideña es para los pequeños, la más esperada del año por el ambiente de fiesta, Las reuniones familiares, los regalos, etc. Por encima de los intereses comerciales que abundan, la navidad en los niños debe convertirse en una exaltación del espíritu navideño y de sentimientos de paz, amor y perdón en los que radican la razón de esta celebración.

Sin embargo la navidad en los niños puede convertirse en una temporada de ocio que debe ser bien manejada por sus padres, para que los pequeños se mantengan ocupados de manera creativa hasta que vuelvan a retomar el periodo escolar. Para esto, se recomiendan actividades como la fabricación de manualidades, actividades en las que ayuden en las labores del hogar, acciones de beneficencia y en la medida que se pueda, realizar algún pequeño viaje o excursión en familia.

¿Qué hacer con los pequeños en Navidad?

Ideas para la temporada hay muchas y son relativamente simples. He aquí algunas ideas:

  • Organizar algo para la Nochebuena, con actividades donde se pueda invitar a los compañeros del colegio, vecinos o primos. Siempre es bueno pensar en algunos juegos de mesa, un televisor con películas o vídeojuegos, siempre con la supervisión de un adulto. Además hay que pensar en comida y bebida para ellos.
  • Leerles historias adecuadas a su edad o contarles historias llenas de fantasía resulta una actividad que estimula su creatividad y permite a la familia estar unida.
  • El karaoke es otra buena opción, por la diversión que representa. Si se cuenta con un equipo de audio, una pantalla y un sistema de reproducción de estos programas, sólo basta con un par de micrófonos y unos discos de canciones infantiles.
  • También se puede pensar en montar obras de teatro con libretos sencillos para cada participante y disfraces, actuaciones de magia, bailes o cualquier manifestación artística que los pequeños tengan. Es una buena manera de pasar la navidad con los niños. De hecho la preparación de “los escenarios”pueden estar a cargo de ellos.

Juegos para navidad.

Se pueden pensar  juegos para hacer más divertida la navidad a los niños. Entre los más adecuados para la época se encuentra la carrera para envolver los regalos, en la que cada miembro de los equipos debe correr hacia una mesa con los materiales y envolver las cajas.

Podemos rescatar el tradicional “aguinaldo” este juego inocente, que ha formado parte de la costumbre de la Nochebuena, surgió en la cultura española y se heredó después por Latinoamérica. Los niños con sus panderetas, zambombas, etc. recorren las calles cantando villancicos a cambio de unas monedas, caramelos o dulces navideños, ésto puede resultar de gran diversión para  los niños.

Hay muchos más, como el Sí y el No, Preguntar y no Contestar, Pajita en Boca y Tres Pies, que consiste en no dejar que el pie de alguno de los contrincantes pase por entre las dos piernas del participante, ayuda además a que los niños se encuentren enfocados en una tarea, sin que por esto se vaya a perder un ápice de diversión en la navidad con los niños.

¿Quién en el mundo occidental no conoce a Papá Noel? Con nombres tan diversos como San Nicolás, Santa Claus, Viejito Pascurero o Padre Hielo, el anciano bonachón vestido de rojo que sale a repartir regalos a los niños que se han portado bien es ya una figura reconocida por encima de las fronteras culturales del mundo. Sin embargo de la verdadera historia de Papá Noel no se conoce casi nada. ¿De dónde salió este característico personaje?

Una de las versiones de su origen, tiene como escenario las costas del mar Mediterráneo, en Asia Central. Allí, en un pueblo llamado Patara, nació un niño de padres muy ricos, el cual fue bautizado con el nombre de  Nikelaos (que quiere decir “la victoria del pueblo”). Al traducir este nombre al castellano, pasaría a ser Nicolás, mientras que en inglés sería Claus.

Se cuenta, que su educación fue cristiana, y llevó  al pequeño a identificarse con Jesús, a quien  le prometió seguir sus pasos. Sus padres murieron siendo él todavía un adolescente y decidió dar un cambio a su vida; ayudando a los pobres, sanando enfermos, perdonando a sus enemigos, etc. Esto llevó, a gastar su herencia para hacer el bien a los demás.

Años después un obispo, en la cercana población de Myra y por efecto del cansancio y los años, le oró a Jesús pidiéndole un sucesor para su cargo, el cual, quedaría en manos del próximo hombre que entrara en la Iglesia. Fue justamente Nikelaos quien heredó el cargo, que ostentó durante años, invitando a sus feligreses a seguir la vida de Cristo mientras se acrecentaba su fama por toda Europa como Obispo e incluso como Hombre Santo.

Siglos después de su muerte, se extendió entre un grupo de marineros italianos el rumor de que la tumba de Nikelaos sería usurpada por unos invasores incrédulos que buscaban riquezas, por lo que en una operación insólita se trasladó el cuerpo desde Myra hasta Bari, en la costa este del sur de Italia, donde la historia de Papá Noel tomó una nueva dimensión, al ser denominado San Nicolás de Bari.

La historia de Papá Noel en el mundo contemporáneo.

Si bien, la historia de Papá Noel, podría haberse quedado en el compendio de tradiciones europeas, fue el escritor Clement Clark Moore, quien definiría la figura que conocemos actualmente, cuando sus hijos, le pidieron en una noche de Navidad en New York, que les narrara la vida de este extraordinario hombre. Es en este punto donde se conjuga la leyenda y la tradición surgida en tierras griegas.

Dicha  leyenda  decía que Nikelaos, bajó varias veces por la chimenea de un amigo, el cual estaba arruinado, para dejarle dinero a cambio de que no vendiera a sus hijas, en un acto de desesperación.  Y a partir de aquí, cada 24 de diciembre, Santa Claus baja por las chimeneas, a las casas de las familias buenas.

Y basado en este cuento, el pintor Habdon Sudblom, contratado por Coca Cola, decidió vestir al personaje con los colores de la marca para crear identidad. Así que, lo dibujó vestido de rojo, con una barba blanca y barrigón, imagen que hemos heredado hasta nuestros días. La historia tuvo un éxito tal que se posicionó en la mente de los estadounidenses como la verdadera historia de Papá Noel, trasladándose después al resto del mundo.

La navidad es un  momento lleno de magia para compartir con los seres queridos y familiares.  En especial para los más pequeños es una fiesta y un motivo de alegría e ilusión. Podemos compartir con ellos muchas actividades divertidas que nos permitan estrechar los vínculos afectivos  y aprovechar así estas fechas para vivir con ellos,  la ilusión, la alegría y las emociones positivas que acompañan estos días.

La Navidad: Las fiestas son beneficiosas para los niños y niñas porque estrechan sus lazos afectivos, aprenden costumbres y tradiciones.  

Son muchas las actividades que podemos compartir con ellos. Estas tareas entusiasman a los niños y niñas.
Hacerles participar en todos los preparativos y acontecimientos de la fiestas es algo muy beneficioso para
todos.

BENEFICIOS

  • Ayuda a estrechar vínculos afectivos, gracias a las emociones positivas
  • Fomenta la autonomía y la responsabilidad, al hacerles participes de parte de las labores
  • Es una fuente rica en emociones positivas, buenas para su desarrollo y su  autoestima.
  • Favorece su creatividad

COSAS QUE PODEMOS HACER CON LOS PEQUEÑOS

  • Decoración. La decoración y los preparativos, son cosas que entusiasman a los niños y niñas. Haz de la decoración una tarea compartida, en la que participéis todos, el árbol de navidad,
    el belén, crea tus propios adornos con ellos.
  • Ambiente navideño. Disfruta son ellos de un paseo por la ciudad y la Transformación del    paisaje urbano
  • Villancicos. A todos los niños les gusta cantar. La música es un medio de transmisión de alegría.
    Canta con ellos y comparte la alegría.
  • Reuniones familiares. Son momentos de reuniones con todos los seres queridos, los niños   disfrutan de estos momentos.
  • Tradición. Transmitir tradiciones y costumbres. Explica el sentido de la navidad mas allá de la
    diversión y los regalos.
  • Dulces. Prepara dulces navideños con los mas pequeños.
  • Crea felicitaciones, elabora tarjetas navideñas con los niños y niñas de la casa
  • Busca cuentos o películas navideñas y vive con ellos esta magia
  • Enséñales que es una época de Recibir y dar cariño. Olvida los problemas y el pesimismo

Celia Rodríguez Ruiz

Los adultos somos los encargados de enseñar a los más pequeños lo que pueden y no pueden hacer. Nuestra labor es ponerles límites y normas que contribuyan a su bienestar.

En este proceso es normal que los niños y niñas experimenten y pongan a prueba nuestra autoridad, es algo lógico ya que están formando su identidad y  personalidad. Están probando hasta donde pueden llegar y cuál será la consecuencia de sus actos. La desobediencia es por tanto algo común en las diferentes etapas del desarrollo del niño.

Por eso es importante entender la situación y  mantener la calma, aunque estos comportamientos puedan llegar a desesperarnos. Poner unos límites y normas claras que harán en primer lugar que el niño se sienta seguro y que poco a poco aprendan a ser responsables de sus actos. Nos tendremos que enfrentar a varias discusiones hasta que consigamos que los niños se comporten como esperamos.

¿QUÉ TIPO DE CONDUCTAS ENTENDEMOS POR DESOBEDIENTES?

Veamos algunos ejemplos de conductas que queremos modificar 

  • Álvaro, 3 años. Cuando no le das lo que quiere se pone a llorar y a gritar, si no lo consigue se enfada, tira objetos y se tira al suelo.

  • Lucía, 4 años. Cuando está en casa de alguna amiguita o en casa de sus primas, se niega a marcharse y se pone a llorar.

  • Ángel, 5 años. Cuando viene una visita a casa, aprovecha para comportarse mal y saltarse las normas.

  • Marta, 5 años. Cuando no le gusta lo que hay de comida, se niega a comer, tira los cubiertos al suelo y se cruza de brazos hasta que consigue que le cambien el plato.

  • Héctor, 6 años. Pega a su hermana mayor cuando quiere que esta le haga caso.

  • Noelia, 7 años. Se niega a obedecer, quiere hacer lo que le parece, juega con el balón en casa cuando no la ven los adultos, come galletas cuando no  le dejan hacerlo.

  • Pablo, 9 años. Normalmente nunca recoge sus juguetes, los deja por ahí tirados, protesta si le mandas hacerlo.

  • Paula, 10 años. Para que haga los deberes hay que estar detrás de ella constantemente, se niega a sentarse en la silla y a hacerlos con la tele apagada.

  • Pedro, 12 años. Cuando llega la hora de dormir y apagar la consola o la tele, se niega a hacerlo, discute y asegura que va a hacer lo que quiere.

¿CÓMO ACTUAR ANTE LA DESOBEDIENCIA DE LOS NIÑOS?

  • Procura mantener la calma, no enfadarte y ponerte en su lugar. Están poniendo a prueba las normas. Quieren saber hasta dónde pueden llegar. Si te pierdes los nervios entras en una lucha con ellos y te harán menos caso.

  • Ten en cuenta la edad y la etapa en la que se encuentra el niño.

  • Establece límites y normas concisas y claras. Deja claro lo que sí pueden  y lo que no pueden hacer.

  • Sirve de ejemplo. Si ponemos unas normas, nosotros también debemos seguirlas. Debemos ser consecuentes con las normas que ponemos. Los niños aprenden más de los ejemplos que ven, que de lo que les ordena. Si le dices que no tiene que gritar, has de evitar gritar tú, si no quieres que coman con la televisión no debes hacerlo tú, por ejemplo.

  • Refuerza el buen comportamiento y castiga el mal comportamiento. Las conductas se mantienen o desaparecen según las consecuencias que se obtengan de las mismas. Toda consecuencia ha de seguir a la conducta deseada o indeseada. Como refuerzo dale cariño, verbaliza lo bien que lo ha hecho, prémiale con tu atención.  Como castigo utiliza el tiempo para pensar, busca un rincón para pensar, debe saber que cuando desobedezca ira al rincón de pensar, no le amenaces con ello (frases tipo: “te voy a llevar al rincón de pensar”), llévale allí en cuanto sea necesario.  Si se va del rincón de pensar (suelen hacerlo), mantén la calma, no te alteres y vuelves a llevarle allí, explicándole que cuando se comporte bien puede salir de allí.

Siempre dile lo que ha hecho bien o mal y lo que tiene que hacer, para que lo relacione con la consecuencia.

Con niños y niñas más mayores razona con ellos, explícales las normas. Deja que se equivoquen y que comprueben las consecuencias de sus actos (cuando no recoja, no lo hagas tu, si no hace sus deberes, no le ayudes a última hora, etc.).  Ayúdales a decidir y a tener confianza.

  • Escoge tus batallas y distrae su atención.  En muchas ocasiones, el niño esta reafirmando su identidad. Es decir su desobediencia viene de ahí. Si distraes su atención con otra cosa, conseguirás que se olvide que quiere esto o aquello.

  • No olvides que cuando les riñes, te desesperas y estas encima de ellos, captan tu atención y estas reforzando la conducta que quieres que desaparezca. Sienten que te ocupas de ellos que no pasan desapercibidos.

Por último es importante tener en cuenta que en ocasiones la desobediencia es debida a otros factores, como un déficit de atención, hiperactividad, etc. Presta atención a estas características:

  • Parece que no escucha cuando se le habla, y hay que repetirle las cosas.

  • Suele olvidarse de las cosas y no presta atención en lo que tiene que hacer.

  • Le cuesta entretenerse con algo.

  • No se está quieto ni un minuto

  • Desafía constantemente y no sigue ninguna norma.

En estos casos, acude a un especialista.

Celia Rodríguez

Si bien hace unos años se negaba o se ponía en cuestión que los niños pudieran padecer este trastorno, hoy en día la mayoría de los especialistas aceptan que efectivamente la depresión infantil existe y que su presentación difiere en muchos aspectos de la depresión adulta.

En todo caso, estamos en una fase inicial y en general, es poco diagnosticada y por tanto, son pocos los niños que reciben el tratamiento adecuado. Se estima que aproximadamente un 2,5 % de la población infantil (2 a 12 años) padece este trastorno. Vamos a presentar algunos de los síntomas que pueden hacer sospechar que un niño o niña está padeciendo depresión.

Estos síntomas deberían estar presentes durante dos semanas al menos y suponer un cambio importante en la actividad previa del niño o niña.

Los síntomas pueden ser:

  • Estado de ánimo triste irritable. Este estado de ánimo está presente casi todo el día y casi todos los días.
  • El niño o niña pierde capacidad de disfrutar: no tiene interés por actividades que le gustaban; parece que nada le resulta agradable ni interesante.
  • Puede haber cambios de peso considerables: bien disminución, aumento o no se alcanzan los aumentos de peso esperables a su edad.
  • Problemas de sueño.
  • Pérdida de energía.
  • El niño o niña está muy agitado o excesivamente lento casi todo el día.
  • Hay sentimientos de culpabilidad o de inutilidad o baja autoestima.
  • Se aísla de los demás.
  • Pérdida de concentración.
  • Pueden aparecer ideas suicidas.

La presencia de estos síntomas deterioran algunos aspectos de la vida del niño como la relación con los demás, la relación familiar o sus estudios.

El diagnóstico debe realizarlo un especialista en salud mental infantil: psicólogo clínico o psiquiatra. Este especialista es el que debe considerar los síntomas, cuántos deben estar presentes y diferenciar la depresión de otros posibles trastornos.

Es una tarea complicada y especializada ya que debemos tener presente que la depresión suele acompañar otros trastornos infantiles como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastornos de conducta o los trastornos de aprendizaje, entre otros.

El tratamiento previsto para la depresión infantil suele ser terapia psicológica, tratamiento farmacológico o la combinación de ambos.

Mi recomendación desde aquí para las personas que están más en contacto con los niños (familias y maestros) es que si sospechan que un niño o niña pueda padecer depresión infantil, se realice una valoración para descartarla o en su caso, confirmarla y realizar el tratamiento lo antes posible.

Jesús Jarque García

Recientemente he leído un libro muy práctico, que si bien está dirigido a los adultos, nos puede hacer reflexionar a los educadores y padres. El libro se llama “Las buenas maneras, contadas con sencillez”, de Carmen Cuadrado y Editorial MAEVA.  Es un libro que se podría considerar de “protocolo de la vida cotidiana”. 

Siempre que puedo me gusta leer un libro de este tipo. En algunos casos, me refrescan la memoria y siempre, como en cualquier libro, se aprende algo nuevo.

La autora, con mucha sencillez y sentido común, describe cómo desenvolverse en las situaciones de la vida cotidiana: los saludos y presentaciones, cuando tenemos invitados, ceder el paso, comportamiento en las comidas, los regalos, incluso cómo comportarse en Internet.

Como ella misma afirma al inicio del libro “…la razón principal del protocolo consiste en simplificar y facilitar la convivencia entre las personas”. La Sra. Cuadrado echa de menos que en la escuela se suprimiera la asignatura de Urbanidad, hace ya muchas décadas.

Ciertamente, la educación y las buenas maneras brillan por su ausencia en muchas ocasiones y todos somos víctimas más de una vez de esta carencia: al subir o bajar del metro, en una cola, en un restaurante, al recibir una llamada de teléfono o en una comida de trabajo.

La encuesta de este mes la queremos dedicar a este tema. Por ello le planteamos la siguiente pregunta ¿Qué les parece enseñar modales a los hijos e hijas?

Para ello les proponemos las siguientes opciones:

a) Es algo necesario que debemos tomar en serio las familias

b) Se trata de algo trasnochado, vivimos en una sociedad más abierta

c) Debería ser el colegio el que potenciara de nuevo estos contenidos

d) Es importante, pero ya no está tan claro qué es la “buena educación”

e) Tampoco está tan mal la situación: todo el mundo sabe respetar a los demás Les invitamos a que elijan la respuesta con la que están más de acuerdo pinchando en la opción preferida.

También les animamos a escribir en la entrada los comentarios que crean oportunos sobre este asunto, especialmente su propia opinión y experiencia en el tema.

Jesús Jarque García

A partir de la preoadolescencia (10 – 12 años), el grupo de amigos tiene una gran incidencia en la socialización del niño.  Pero un caso especialmente delicado es cuando nuestro hijo o hija mantiene unas relaciones de amistad que parecen que son claramente perjudiciales. 

Se trata de casos en los que estas amistades no solo no le ayudan en sus estudios, sino que están provocando que su rendimiento y valoración empeore; amistades que influyen negativamente en el comportamiento, hábitos, dedicación al tiempo libre, relación con los padres y familiares, uso del dinero y otros temas similares.

En definitiva, compañías que como padres, se perciben como una influencia negativa para nuestro hijo. Seguro que algunas familias de las que nos leen se han visto en esa situación o pueden encontrarse en un futuro.

Por ello, la encuesta de este mes la dedicamos a este tema ¿Cómo actuarían si las amistades de su hijo son perjudiciales?

Como siempre, les proponemos unas opciones de respuesta:

a) No solemos entrometernos en las amistades de nuestro hijo

b) Hablaríamos con él, pero nunca le prohibiríamos relacionarse con nadie

c) Hablaríamos con él y le ordenaríamos que abandonara ese tipo de compañías

d) Procuraríamos potenciar otro tipo de amistades y relaciones para desviarlo de sus malas compañías

e) Es un tema que nos preocupa, pero no sabemos qué hacer Les invitamos a que elijan la respuesta con la que están más de acuerdo pinchando en la opción preferida.

También les animamos a escribir en la entrada los comentarios que crean oportunos sobre este asunto, especialmente sobre sus propias experiencias en este asunto.

Jesús Jarque García

Un conflicto puede entenderse como una situación o circunstancia que implica un problema o una dificultad. Puede ser individual (con uno mismo) o social (intervienen varias partes)

Lo habitual es que el conflicto produzca sentimientos negativos como incomodidad, mal humor, impotencia, ansiedad, etc. Y puede provocar enfrentamientos, situaciones de discrepancia y tensión.

El conflicto por lo tanto suele ser valorado como algo negativo que tiende a evitarse. Pero un conflicto puede entenderse como una oportunidad de aprendizaje. Es una oportunidad para aprender habilidades sociales y competencias de negociación, de empatía, respeto, negociación, escucha y toma de decisiones, entre otras.

Por ello es fundamental aprovechar los conflictos que se les presenten a los más pequeños y utilizarlos para enseñarles a enfrentarse a las situaciones de la vida. Ya que nos guste o no, a lo largo de la vida se les presentaran diferentes conflictos. Si tienen las habilidades necesarias, para resolverlos de forma constructiva, a través del dialogo y la negociación, alcanzaran importantes metas.

¿CÓMO PODEMOS ENSEÑAR A LOS NIÑOS Y NIÑAS A RESOLVER LOS CONFLICTOS?

  • Haz de ejemplo. Ante cualquier conflicto que se presente,  como adultos, con los pequeños o con otros adultos. Los niños imitan nuestra forma de actuar, si queremos que resuelvan de forma respetuosa sus conflictos, sin gritos, golpes o rabietas, debemos hacer lo mismo. Ser respetuosos ante cualquier conflicto, utilizar el dialogo y la comunicación y buscar soluciones constructivas.

  • Favorece la comunicación en el niño o niña. Es importante no llegar al extremo opuesto a los golpes y rabietas. El pequeño ha de saber exponer su punto de vista y saber resolver las situaciones que no le gustan. Deja que se exprese y comunique lo que no le gusta, empújale a ello.

  • Simula situaciones en casa. Puedes utilizar conflictos reales que tenga el niño o inventarlos. Cualquier conflicto con un compañero de clase vale, etc.

Veamos un ejemplo: Daniel, se queja de que un amiguito le quita los juguetes en el parque y no se los devuelve. Practicamos con el niño la situación. Asumimos los diferentes papeles que luego intercambiaremos, en primer lugar nosotros hacemos del amiguito que le quita los juguetes y le pedimos a Daniel que actúe como suele hacer. Le explicamos, formas de actuar incorrectas (si no te gusta no te quedes callado, tampoco le golpees o le quites sus juguetes) y formas correctas (si te molesta dile de forma firme a tu amigo que podéis jugar ambos con los juguetes, pero que ha de devolvértelos). Cambiamos los papeles, hacemos de Daniel y le mostramos una forma de responder y finalmente le pedimos a él que responda así.

  • Utilizar los conflictos que surjan en el hogar. En una familia es normal que surjan muchos conflictos. Cuando alguno surge podemos emplearlos para enseñar al niño o niña como actuar.  En lugar de simplemente reñirle, explicarle lo que debe hacer la próxima vez.

Por ejemplo: dos hermanas adolescentes, tienen un conflicto porque una de ellas ha cogido una prenda de ropa del armario de su hermana sin su permiso. Hablaremos con ambas, “la próxima vez que quieras algo de tu hermana pídele permiso antes, por si ella lo necesita” “si ambas os prestáis las cosas salís ganando, si tu hermana te pide la camiseta déjasela, y mañana podrás tu utilizar también su ropa”

  • Da diferentes opciones. Ofrece diferentes opciones  (dos o tres opciones) y deja que el niño decida. Veamos un ejemplo:

Álvaro quiere comer galletas. “primero tienes que merendar, si meriendas puedes coger dos galletas” “si no meriendas no comerás galletas”

Lucía no quiere ponerse a hacer sus deberes  “puedes hacer los deberes ahora o descansar unos minutos y hacerlos más tarde, pero si no los haces no podrás ver la tele”

Ojo, no se trata de castigar al niño, es importante que no lo vean como un castigo. Dialogamos con ellos y les damos opciones, es importante que aprendan que sus actos tienen unas consecuencias. Ante un conflicto entre las diferentes opciones que podrán escoger habrá unas consecuencias.

  • Practica los siguientes pasos para solucionar conflictos con ellos:

    1. Identifica el conflicto. Habla de ello objetivamente. ¿qué ha ocurrido? ¿qué personas están implicadas?

    2. Expresa como te sientes. Habla con el niño, pídele que cuente como se siente, cuéntale (si estas implicado en el conflicto), como te has sentido.

    • De esta forma ayudas a desarrollar su empatía.

    • Utiliza los mensajes yo y no los mensajes tú, es decir evita decir tú has hecho esto mal, cámbialo por yo me he sentido mal.

    • Un ejemplo: tienes que trabajar en casa y los niños están jugando y haciendo ruido. No les digas “tú te estás portando mal”, cámbialo por “yo no puedo trabajar y concentrarme porque hay mucho ruido y eso me molesta”.

    1. Expresa las necesidades de ambas partes. Es importante que ambas partes se escuchen.  En el ejemplo anterior : “yo necesito trabajar” “vosotros queréis jugar”

    2. Crea con ellos una lluvia de ideas. Puedes preguntarles ¿qué podemos hacer? y proponer entre todos diferentes opciones.

    • Yo puedo dejar de trabajar y hacerlo más tarde

    • Vosotros podéis dejar de jugar y estar tranquilos

    • Vosotros podéis jugar en otro lugar, mientras yo trabajo y luego jugare con vosotros.

    1. Piensa y razona con ellos, las ventajas e inconvenientes de cada opción. Las cosas malas y buenas.

    • Yo puedo dejar de trabajar y hacerlo más tarde. Vosotros jugáis pero yo no termino mi trabajo y tendré que hacerlo mas tarde.

    • Vosotros podéis dejar de jugar y estar tranquilos. Yo podre terminar mi trabajo, pero vosotros estaréis aburridos.

    • Vosotros podéis jugar en otro lugar, mientras yo trabajo y luego jugare con vosotros. Yo termino mi trabajo, vosotros podéis estar entretenidos, cuando termine todos pasaremos un buen rato juntos.

    1. Elige entre todos la opción que parece mejor. En la que no se trata de que nadie gane a nadie, sino en llegar a un consenso y un acuerdo.

    • Vosotros podéis jugar en otro lugar, mientras yo trabajo y luego jugare con vosotros. Yo termino mi trabajo, vosotros podéis estar entretenidos, cuando termine todos pasaremos un buen rato juntos.

    1. Lleva a cabo la solución escogida y una vez hecho, valora lo ocurrido.

Por Celia Rodriguez Ruiz

Su hijo o su hija se angustian con el tema de la muerte, sin que se haya producido ninguna últimamente en la familia. Suelen preguntarse justo antes de dormir por este tema: “si nos vamos a morir o si él mismo se va a morir”.

Lo que más agobia a los padres es que no es una pregunta fruto de la curiosidad, sino que lo hacen con angustia y entre lágrimas. A continuación, les expongo algunas orientaciones para afrontar esta situación: 

  • En primer lugar, el hecho de que algunos niños y niñas se angustien y pregunten por este tema es completamente normal. Suele ocurrir entre los 5 y 7 años, entre chicos más maduros e inteligentes que se preguntan por el por qué de las cosas y más frecuente entre las niñas.
  • La situación puede surgir sin que haya habido ningún fallecimiento entre la familia.
  • Suele ser algo transitorio y en unas semanas desaparece o al menos, se atenúa, aunque pueda volver a aparecer en el futuro con menos angustia.
  • La actitud de los padres debe ser de comprensión, sin quitar importancia, sino más bien una oportunidad para hablar de este misterio de la vida.
  • Les recomiendo que les expliquen el ciclo de la vida: nacemos, crecemos, vivimos y al final morimos.
  • Explíquenle que la muerte no es algo que sucede solo cuando somos muy mayores, en ocasiones aparece antes: por un accidente o enfermedad. Es una oportunidad para explicarles que deben cuidar y prevenir su vida y evitar situaciones de riesgo.
  • Si tienen creencias religiosas es también una ocasión para explicarles su esperanza en una vida posterior después de la muerte o las explicaciones que contenga su religión.
  • Por último, deben animarlo a vivir y disfrutar del presente y del momento actual. Le pueden explicar que seguro que en los próximos meses puede tener una caída jugando o una discusión con los compañeros, pero no por ello vive angustiado.

Tenemos que vivir y disfrutar de lo que tenemos en el presente y de todo lo bueno que nos rodea. No pasa nada porque los hijos comprendan que en la existencia papá y mamá no lo tienen todo controlado, es más, que vayan comprendiendo que gran parte de nuestra vida no está bajo nuestro control… pero a pesar de todo… la vida vale la pena vivirla. Espero que les ayude.

Jesús Jarque García


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