Pesadillas infantiles
Posted 21 julio, 2015
on:- In: Miedos | Sueño
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Educar a los niños en un ambiente de seguridad y cercanía en el que sepan que siempre estamos ahí, les ayuda a superar ese miedo momentáneo y les enseña a enfrentarse y superar otro tipo de miedos el día de mañana.
Sin embargo no debemos alarmarnos, ya que salvo que estos episodios generen efectos secundarios importantes del tipo ansiedad, irritabilidad, dificultad para conciliar el sueño, etc., no vamos a necesitar de consejo o intervención psicológica. Poniendo toda nuestra atención para ayudar a nuestro hijo a pasar por esta etapa conseguiremos superarla.
Primero de todo debemos saber qué son las pesadillas y qué efectos provocan en nuestros hijos. Se trata de sueños que se producen en una fase determinada del ciclo del sueño, en concreto la fase REM, fase muy activa del cerebro en la que el niño elabora sueños muy detallados que le producen experiencias muy reales cargadas de emociones muy intensas de miedo y ansiedad, suelen producirse en la segunda mitad de la noche. Durante la pesadilla nuestro hijo despertará angustiado y podrá relatarnos al despertar la historia vivida y los monstruos, fantasmas, animales imaginarios o «malos» que querían hacerle daño.
En el caso de los terrores nocturnos, el niño no despierta fácilmente si no que llora, grita e incluso verbaliza en estado de somnolencia, apenas recuerda el contenido del sueño y experimenta una gran ansiedad. Los terrores nocturnos se desarrollan en una fase diferente, no REM, del ciclo del sueño, suele darse en la primera mitad de la noche.
Ambos episodios suelen remitir a medida que el niño se va haciendo mayor, aunque todos los adultos en algún momento sufren también de pesadillas, y forma parte, según la psicología establece, el proceso mauritano del niño, siempre que no vaya asociado a vivencias traumáticas, accidentes o lesiones sufridas previamente, en cuyo caso también se haría necesaria una intervención de tipo psicológico según la gravedad.
Como vemos las pesadillas no pueden evitarse como tales, pero es cierto que si podemos, como padres, evitar situaciones que van a favorecer su aparición. El ver películas de miedo o inapropiadas para la edad del niño, sobre todo antes de dormir, los cuentos con figuras de terror, el permitir que amiguitos o hermanos mayores se diviertan asustando a los más pequeños… son todas ellas actividades a evitar.
Pero qué hacer cuando el niño se despierta angustiado, sudando y gritando en medio de la noche?
Lo primero de todo y en cualquier caso tener establecido un buen hábito para ir a dormir (ambiente relajado, baño y cena ligera, un cuento o una canción antes de dormir, un amigo de sueños…), después unas cuantas pautas sencillas y repetidas en cada episodio que ocurra:
- Acudir inmediatamente y hacerle sentir que no está solo. Nuestra presencia a su lado es el primer paso para recuperar la seguridad.
- Ofrecerle consuelo y cariño en ese momento. Debe saber que es lógico asustarse de una pesadilla y que no es malo asustarse. No le recrimine por ser pequeño y por asustarse.
- Explique a su hijo que los sueños no pueden hacernos daño y que es algo que nos ocurre a todos, que puede volver a dormirse sin miedo.
- Aproveche la imaginación infantil para hacer desaparecer los sueños malos de la habitación con sus «poderes mágicos de padre», incluyendo el armario y debajo de la cama si el niño lo necesita.
- Ayude al niño a conciliar el sueño nuevamente, si hace falta puede dejar una luz encendida, ofrecerle su peluche o amigo de dormir y permanecer un rato a su lado, con palabras y recuerdos agradables.
- Por último evite trasladar al niño a la cama de los padres acostarse a su lado aunque nos venza el sueño, todo ello generará hábitos inadecuados que luego nos costará eliminar.
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