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Hablamos de drogas cuando nos referimos a sustancias que al interactuar con nuestro organismo producen cambios en nuestras percepciones, sensaciones, emociones y que, si se consumen repetidamente llevan a la dependencia.
Sin embargo, las drogas existen, están en nuestra sociedad y hay que aprender a evitar sus riesgos.
Hay drogas que estimulan el sistema nervioso (café, tabaco, anfetaminas, cocaína y depresivos), otras lo que hacen es deprimir el sistema nervioso provocando somnolencia, sedación o anestesia (el alcohol, los barbitúricos, las benzodiacepinas y los analgésicos narcóticos). En tercer lugar, otras que perturban, que distorsionan el sistema nervioso, más allá de activarlo o deprimirlo (cannabis, drogas de síntesis, alucinógenos, sustancias volátiles).
Si nos preguntamos ¿por qué han problemas de drogodependencia? Tendremos que responder que cada persona es distinta y los motivos por los que pueda consumir también. Puede ser por desconocimiento, por experimentar, por olvidar o simplemente porque los demás lo hacen.
Estas condiciones que se dan para generar una situación de consumo, se llaman factores de riesgo (baja autoestima, necesidad de aprobación social, situaciones críticas, un ambiente negativo). Son circunstancias que aumentan la probabilidad de que alguien consuma drogas.
Sin duda, la prevención e información a los menores es esencial.
CONSEJOS PRÁCTICOS
- A lo largo del crecimiento de los hijos/as se dan cambios, tanto en los físico como en lo psicológico y a veces estos cambios nos indican que debemos detenernos a pensar.
Indicios a tener en cuenta, por lo tanto, son los siguientes: si el hijo/a disminuye su higiene corporal y observamos cambios evidentes en su aspecto físico, si se producen cambios en los hábitos de permanencia en la casa con frecuentes salidas y mayor tiempo de permanencia fuera, llegando incluso al incumplimiento de horario acordados, si observamos desmotivación hacia actividades que venían desarrollando o bajo rendimiento escolar, si detectamos que utilizan la mentira sin justificación de forma habitual, si cambias las relaciones y amistades iniciándose en otros grupos relacionales, si es frecuente su indiferencia y pasividad ante acontecimientos importancias y dejan de ser “alegres”. También hay que preocuparse si disminuye la comunicación familiar, si evitan situaciones y conversaciones conjuntas y además tienden al aislamiento, mostrando un carácter más desagradable. Y, sin duda, si aumentan las necesidades económicas sin justificación aparente.
- La familia es un marco de transmisión de información, por lo que ven y por lo que oyen. Hay que fomentar esa comunicación, encontrar los momentos de encuentro.
- Proporcionar seguridad, estabilidad emocional, aceptación, cariño y aprobación en la familia es esencial.
- Las normas de convivencia, las reglas, los límites que se establecen en el marco de una comunicación fluida, bien entendida y aceptada son básicos.
- Los padres y madres tienen que ESTAR DISPONBILES siempre que el hijo/a lo necesite. Hay que tener tiempo para ello y con tranquilidad, valorar y decidir conjuntamente.
- Los padres y madres que en un momento determinado necesitan ayuda para continuar siendo el mejor apoyo para sus hijos/as, deben entender que es lo normal. Todo padre/madre responsable, en algún momento, necesita contar con otras personas para dar respuesta a lo que a otros padres y madres ya les ha sucedido. Es importante que sepamos que las experiencias se repiten y que acudir a quienes pueden ayudar en la situación vivida, es lo mejor que se puede hacer. Y que otros ya lo hicieron.