Escuela de Padres

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El niño está particularmente expuesto a las intoxicaciones medicamentosas. Es por todos conocido lo atractivas que pueden resultar para un pequeño las cápsulas o comprimidos de colores vivos empaquetados cuidadosamente en sus envases. Por elllo, es conveniente tomar ciertas precauciones a la hora de guardar en casa las medicinas o permitir al niño la automedicación de ciertos tratamientos.

La causa más frecuente de intoxicaciones (más del 30 %) la constituyen los medicamentos, seguidos de productos del hogar (~ 25 %), alimentos, tabaco y licores (~ 12 %) y productos químicos (~ 5 %).

Las intoxicaciones medicamentosas más graves, que pueden ser mortales, son producidas por antidepresivos tricíclicos, antihistamínicos (indicados en procesos alérgicos), aspirina, benzodiazepinas (en estados de ansiedad, depresión alteraciones nerviosas, etc), y otros como simpaticomiméticos (indicados para muchas patologías distintas). Las intoxicaciones por medicamentos son 3,5 veces más frecuentes en los niños menores de 15 años (especialmente en los de 2-3 años) que en los mayores de 15 años.

¿A que se deben las intoxicaciones?

Normalmente, y en la mayoría de los casos los motivos que llevan a una intoxicación, son:

a) Ingesta accidental de fármacos en los niños pequeños que comienzan a explorar su entorno y tienen acceso a su medicación (salicilatos, antidepresivos) o a la utilizada por sus familiares.

b) Intoxicaciones en el curso de un tratamiento derivadas del desconocimiento de la farmacología clínica de los fármacos en el niño (kernicterus por sulfamidas, síndrome del niño gris por cloranfenicol e intoxicaciones por teofilina) o de errores o dificultad en la dosificación.

c) Intentos suicidas, más frecuentes en la adolescencia (salicilatos, paracetamol, benzodiazepinas y barbitúricos).

Precauciones a la hora de prevenir estos riesgos:

a) Evitar los medicamentos que han demostrado ser peligrosos en el niño (tetraciclinas y cloranfenicol).

b) Evitar los medicamentos innecesarios.

c) Elegir medicamentos que hayan demostrado ser eficaces y seguros en el niño.

d) Diseñar un tratamiento adecuado en cuanto a dosis y forma de administración teniendo en cuenta que el niño no es un adulto de poco peso, especialmente en el neonato.

e) Controlar el tratamiento, si es necesario mediante la monitorización de los niveles séricos, de fármacos como aminoglucósidos, antiepilépticos, antineoplásicos, corticoides, digoxina o teofilina.

f) Diseñar un tratamiento lo más simple posible, dar instrucciones claras y controlar el cumplimiento terapéutico y la retirada de la medicación.

g) Utilizar envases que resulten difíciles de abrir por el niño.

h) Guardar los medicamentos que utiliza el niño o sus familiares en un botiquín fuera del alcance de los niños y cerrado con llave.

i) No guardar en el hogar los medicamentos que sobran, ya que, además de favorecer la automedicación, pueden caducar y ser ineficaces o incluso perjudiciales.

j) Evitar la automedicación.

k) Evitar los juegos infantiles con «medicinas».

En caso de intoxicación, las medidas a tomar suelen ser trasladar urgentemente al pequeño a un centro médico, pero en estos casos, a veces las medidas en el hogar pueden paliar unos efectos más graves para la salud del pequeño en caso de no actuar urgentemente, por ejemplo saber si provocar el vómito del niño, administrarle una simple cantidad de bicarbonato, o dos cucharadas de leche pueden en determinados casos ayudar de un modo importante al pequeño.

Consejos para urgencias como éstos los podrás tener rápidamente llamando al Centro Medico Nacional de Información Toxicológica, Teléfono 91 562 04 20.


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