Reconocimientos y actividades previas
Posted 10 junio, 2016
on:- In: Deporte | Salud
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Los exámenes médicos periódicos, donde se analiza el estado general del organismo, son fundamentales antes de iniciar una actividad física. El control del pulso, de la presión arterial y la realización de un electrocardiograma en reposo, son pruebas sencillas que deben hacerse con periodicidad.
Durante la infancia y la juventud, las revisiones médicas rutinarias son suficientes, pero antes de los treinta años es aconsejable hacerse un reconocimiento médico más completo. A partir de los treinta años es recomendable realizar cada dos años una revisión médica, para controlar las constantes vitales y corregir las posibles deficiencias.
Antes de iniciar una actividad física, se debe tomar el pulso poniendo los dedos índice y corazón de la mano derecha sobre la muñeca izquierda, contando las pulsaciones de diez segundos y multiplicando por seis o contar todas las pulsaciones de un minuto.
La cifra normal de pulsaciones es reposo en el hombre oscila entre 70 y 85 pulsaciones por minuto. En la mujer entre 75 y 90. Si se superan estas cifras en reposo, es aconsejable acudir al médico para realizar un examen completo y la practica de un electrocardiograma tanto en reposo como de esfuerzo, subido en una bicicleta ergonómica.
Para comprobar la flexibilidad muscular y articular general del cuerpo, hay que sentarse sobre el suelo, con las piernas juntas y estiradas, flexionar la cintura y llevar lentamente el tronco hacia delante con los brazos extendidos hasta alcanzar la distancia máxima. Si las manos llegan sólo a las rodillas indica que la flexibilidad es muy deficiente, si llegan a los tobillos, la flexibilidad es aceptable y si las manos llegan con facilidad a la punta de los pies y se pueden tocar bien los dedos, la flexibilidad de los músculos y de las articulaciones es buena.
Para comprobar la flexibilidad de la musculatura abdominal, hay que acostarse en el suelo boca arriba, con los brazos cruzados sobre el pecho, levantar la cabeza e incorporar el tronco de forma lenta hacia delante, hasta quedarse sentado. Si no se consigue incorporar el tronco indica poca flexibilidad muscular. Si se consigue hacer varias veces indica que los músculos abdominales tienen una buena tonicidad.
La flexibilidad de la musculatura de los brazos, hombros y pectorales, se comprueba estando de pie con el cuerpo erguido, con los pies ligeramente separados entre sí. Manteniendo el cuerpo recto se extienden los brazos y se flexiona el tronco hasta llegar lo más lejos posible con las manos a tocar los miembros inferiores.
Aproximarse a tocar los pies en más de cinco ocasiones indica una buena flexibilidad.
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