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El juego en los proyectos recreativos infantiles: excursiones, fiestas, colonias, campamentos y otros
Posted 26 septiembre, 2016
on:Los proyectos recreativos infantiles son el gran momento para poder jugar, se llevan a cabo en espacios amplios, con disponibilidad de tiempo y lo que es más importante, los niños están predispuestos a ello.
Sin embargo, los espacios naturales de juego están desapareciendo, debido a que en las sociedades urbanizadas de hoy día, existe una alarmante escasez de lugares de esparcimiento público. Este fenómeno unido al poco espacio del que disponen las viviendas actuales, ha restringido el juego a los patios del colegio. Este obstáculo, sería fácilmente salvable si desde instituciones escolares, municipales y padres, promovieran frecuentes escapadas al aire libre. Jiménez Domecq, 2004
En estos proyectos los juegos pueden ser de distintas características y pueden plantearse por su valor intrínseco, para motivar o como método para la realización de actividades.
El juego no tendrá la misma función ni será igual en las diferentes edades del niño. En sus primeros años, el niño aprende jugando. Desde los 6-7 años el juego se convierte en fundamental y la base de las actividades que se llevan a cabo en estos proyectos. Aparece el juego colectivo y los niños ya son capaces de entender, aceptar, modificar y hacer que se respeten las reglas. Hacia los 11-13 años, el juego, aún siendo imprescindible, ya no es la base de las actividades. A estas edades es conveniente realizar juegos movidos que ayuden a tomar conciencia del propio cuerpo y de sus posibilidades, y además ha de potenciarse el juego colectivo.
De la misma manera que en todos los aspectos del proyecto, es necesario programar a qué jugaremos y cuándo lo haremos. Como en cualquier otra actividad, también el juego ha de responder a unos objetivos, en este sentido no tendrá el mismo valor, pongamos el caso, un juego eliminatorio que un juego cooperativo.
La realización de uno u otro juego estará condicionada por una serie de factores:
– Características de los niños y de los adultos.
– Espacio: cerrado, abierto, peligros, etc.
– Climatología.
– Momento del día.
– Relación o no con las demás actividades.
Para que podamos considerar un juego como educativo hemos de observar si reúne los siguientes requisitos:
- Que sea creativo, es decir, versátil, lleno de agilidad. Se debe intentar que los juegos representen vivencias por las que se les recuerde con agrado. El juego debe dar al niño la oportunidad de materializar sus idas, plasmar su originalidad y su fantasía.
- Que sea variado, que sea dinámico y estimulante, capaz de captar y mantener el interés del niño y se asegure su continuidad en el tiempo.
- Que sea progresivo, el juego debe presentar distintos niveles de dificultad o pequeños problemas que supongan un desafío para el jugador, y que estos se adapten a los graduales progresos y madurez que experimenta jugando.
- Que sea seguro. Jugar es fundamental, pero también lo es hacerlo en lugar adecuado. Se ha de poder garantizar la seguridad física necesaria, es decir, que no entrañe peligro potencial de que pueda dañarse al jugar, y que no obstante, pueda desenvolverse abiertamente y con soltura según sus posibilidades de movimiento. De la misma manera, habrá que procurar la seguridad psíquica en el ámbito del desarrollo de la actividad lúdica, y que por ello, el juego se desarrolle en un ambiente distendido, acogedor y alegre que favorezca la creatividad y las actividades grupales.
Sintéticamente, en el momento de programar los juegos hemos de tener presente:
– El espacio.
– La duración.
– Que exijan poco o mucho movimiento.
– Cantidad de participantes que admiten.
– Equipos, si requieren.
– Material.
– Momento más adecuado.
– Conocimiento de cada juego por parte de quien lo va a dirigir.
– Reglas.
– Explicación clara de cada juego.
– Evitar juegos muy habituales. Aprovechar los recursos del medio.
– Juegos de reserva, para improvistos o tiempos muertos.
– Participación directa de los niños y adultos en la preparación del juego.
– Juegos preparados por los niños.
Seguidamente ofrecemos una clasificación de los tipos de juego posibles, para ello, seguiremos la clasificación realizada por Sánchez-Mayoral (1994), para la Escuela al Aire Libre (EALA).
Según esta clasificación se pueden diferenciar entre juegos de interior y juegos de exterior.
1. Juegos de interior
Son todos aquellos juegos que deben realizarse en un espacio cerrado, y son casi siempre de animación y creación de ambiente, suelen ser juegos breves y sencillos. Existen varias posibilidades dentro de este juego:
– Juegos de velada: Son típicos de las veladas de campamento, dirigidos a un grupo reducido, mientras que el resto participar en el juego de forma indirecta, colaborando como complica en la broma o el misterio, (ej. La momia).
– Recursos lúdicos varios: Se engloban aquí diferentes actividades lúdicas que se emplean en locales en días de lluvia que no se puede salir fuera; a diferencia de los anteriores, implican de forma directa y activa a todos los jugadores.
Juegos de mesa: Pasatiempos intelectuales o de azar en tomo a los cuales se congrega un pequeños grupo que participa en ellos de manera estática.
– Juegos de expresión plástica: van desde las típicas fichas de educación infantil en las que los niños pintan y recortan a nivel individual, hasta los talleres de creatividad manual; a medida que aumenta la edad, estas actividades pueden hacerse más cooperativas, implicando a todo el grupo en el proceso de imaginación y preparación del juego.
– Juegos dramáticos: Va desde las historias compartidas a los famosos juegos de rol y la improvisación teatral.
Dinámicas de grupo: son juegos que tienen un objetivo de acción grupal o sociométrica, se incluyen porque hasta la adolescencia resulta difícil diferenciar la condición y el efecto lúdico que una dinámica y un juego pueden adquirir para los chavales.
2. Juegos de exterior
Son aquellos que necesitan espacios amplios y abiertos para poder realizarse, muy frecuentes en los campamentos y colonias de veranos y experiencias similares. Suelen ser más largos y complejos que los de interior, tanto en su preparación como en su desarrollo, especialmente en lo referente a las reglas.
Entre ellos:
– Juegos cortos: son juegos variados y de duración corta o media que se pueden emplear para motivar antes de un juego o actividad más intensa, o en un rato libre que haya poco tiempo.
– Juego predeportivos: son variaciones imaginativas de deportes conocidos, que se juegan en pistas o en plena naturaleza, a veces con un carácter más cooperativo y en general añadiendo alguna dificultad al objetivo original del deporte, como el poner más jugadores o incluir algún instrumento especial.
– Juegos de stalking: su principal objetivo es procurar el desenvolvimiento del niño en la naturaleza, para aprender a orientarse en ella, a perderla el miedo, etc, son juegos de camuflaje, acecho, lucha y persecución, que incorporan elementos de la propia naturaleza, como las rocas o la vegetación, para esconderse y delimitar territorios.
– Juegos de orientación: e los que a través de pistas, señales, planos, mapas, brújulas, etc, se va descubriendo un itinerario que lleva a encontrar a conseguir cosas, desarrollan la percepción y la agudeza visual, utilizándose a menudo para motivar una marcha por la montaña o un taller al aire libre.
– Juegos de competición: son grandes luchas o juegos de competición entre dos equipos muy numerosos, que tratan de capturar el mayor número posible de prisioneros, o apoderarse del tesoro del bando contrario.
– Juegos de jomada: son aquellos que duran un día entero o dos días, combinando el senderismo y otras técnicas de supervivencia en plena naturaleza junto con la orientación y el acecho a otros equipos contra los que se compite, implican un gran desgaste físico y su objetivo suele ser el rastreo o búsqueda de un tesoro.
– Juegos de pruebas: Constituyen grandes líneas de motivación a partir de las cuales encomendar la realización de varios juegos o pruebas de corta duración, cuyo éxito o fracaso sirve para puntuar en un competición general entre equipos.; se llaman Olimpiadas, si las pruebas son deportivas, Gymkhanas, sin son lúdicas. Ocas sin toman como base el tablero de juego, y Quinielas si se inspiran en el enfrentamiento cara a cara de dos columnas de contrincantes.
– Juegos de noche: pueden ser adaptaciones de cualquiera de los anteriores, pero con la particularidad de efectuarse en medio de la oscuridad, se utilizan normalmente para que los niños venzan el miedo a la naturaleza de noche, ofreciendo la posibilidad de disfrutar de la misma con un sentido lúdico.
– Recursos lúdicos para fuegos de campamento: son iguales que los ya mencionados juegos de velada, con la particularidad de que sus características obligan a realizarlos en el exterior, bien porque se juegue con agua o fuego, bien porque necesiten espacios abiertos.
– Juegos de agua: aquellos que se juegan en la piscina, en la playa, o en un río, y que pueden ir desde pequeñas pruebas tipo gymkhanas, hasta las típicas guerras de agua.
– Descubiertas: también llamados juegos de ciudad, porque se centran en el recorrido, la investigación y el descubrimiento de las peculiaridades particulares de un municipio, para ello es necesario que los niños indaguen sobre las costumbres, la historia y el arte de ese municipio, contactando directamente con sus habitantes o buscando una serie de pistas que vaya revelándose las respuestas.
– Kermeses: son juegos populares, típico de las fiestas de los pueblos, que pueden realizarse de acuerdo con las celebraciones del municipio o mediante la construcción de una feria o mercadillo por parte de los mismos chicos.