La niñez ( 6-10 Años)
Posted 29 septiembre, 2016
on:Los años intermedios de la niñez se caracterizan por un alto nivel de actividad y por los graduales progresos fisiológicos que le ayudan a refinar las habilidades motoras y la coordinación. Estos progresos son evidentes no solo en los juegos de los niños sino también en sus dominios de destrezas como la escritura.
El desarrollo motor del niño en esta etapa se caracteriza porque alrededor de los seis años empiezan los primeros cambios de configuración. Esta transformación consiste en que las extremidades se alargan y robustecen, con lo cual la cabeza y el tronco ceden en importancia.
La fuerza crece de un modo regular desempeñando desde los seis años un papel importante en los juegos de lucha y acrobacia. Los movimientos del cuerpo se van haciendo cada vez más armónicos. Los niños adquieren la capacidad de controlar su cuerpo. Por lo general son ágiles y mantienen bien el equilibrio.
A los seis años el niño se encuentra en pleno proceso de desarrollo cognitivo empezando a dominar la percepción analítica. Ya empieza a distinguir con mayor claridad los objetos como independientes unos de otros. También empieza a tener una percepción de esos objetos más detallada y analítica (empieza a ser capaz de distinguir las distintas partes de que se componen esos objetos).
Según Piaget (1984) el desarrollo intelectual en esta etapa se caracteriza porque el pensamiento del niño presenta tres modificaciones. La primera es una creciente participación del pensamiento verbal y lógico.
Esta característica en su pensamiento le irá capacitando cada vez más para elaborar conceptos y prever soluciones para los problemas.
Una segunda novedad es la captación por el niño de la invariabilidad de la cantidad o materia.
Y una tercera adquisición de este periodo es según Piaget la posibilidad de captar simultáneamente, relacionar, ponderar y ordenar los diversos estados de una cosa (por ejemplo la altura y anchura) o pasos de un problema.
En el desarrollo afectivo del niño en esta etapa cabe distinguir dos fases distintas: fase de transición (seis a siete años aproximadamente) y la tase de serenidad emocional (de los ocho a los diez años).
La fase de transición se caracteriza por la propensión al cansancio originada por los cambios bruscos en el organismo, por la gran labilidad de los sentimientos de ánimo (pasan con rapidez de la risa al llanto), por las fobias nocturnas, propensión al descontento…
En la segundas etapa o fase de serenidad emocional el desarrollo de la voluntad permite al niño un mayor control de si misma una actitud optimista, un alto sentimiento de sí mismo que le lleva a un afán por hacerse valer.
En cuanto al desarrollo social es importante destacar que en la clase se forman enseguida grupos aislados de dos a cinco niños entre los cuales existe una simpatía especial. Pero la clase como un todo es una formación organizada artificialmente y tarda mucho tiempo en constituirse como comunidad. El hecho de que los niños se acusen con frecuencia unos a otros, como el que traten de conseguir las preferencias en la atención del profesor demuestra que no existe todavía un verdadero sentimiento de solidaridad.
Quién da cohesión al grupo es el profesor en razón de su prestigio de adulto, de la función que desempeña, así como los lazos afectivos que establece con los niños.
En el periodo de ocho a diez años se incrementa la formación de pandillas generalmente homogéneas en cuanto a edad y sexo. El niño necesita del grupo para autoafirmarse. Alrededor de los diez años existe un rechazo mutuo entre niños y niñas.
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