Los premios y castigos… ¿un factor educativo? (2)
Posted 14 noviembre, 2016
on:2.- Castigos
- Como ya se ha señalado, una forma de eliminar un comportamiento inadecuado es pasarlo por alto continua y permanentemente, sin recompensarlo nunca ni siquiera con la atención.
- El castigo es una forma de cortar un comportamiento que no se puede pasar por alto. Los castigos pueden ser eficaces si se utilizan correctamente.
- No utilices el castigo como medio habitual para corregir a tu hijo.
El uso frecuente del castigo no es eficaz para cambiar la conducta. Al revés, puede producir efectos que, sin duda, no deseas. Así, por ejemplo:
- Dura poco. El niño suprime su conducta por un tiempo pero de nuevo vuelve a las andadas.
- Exige nuevos castigos cada vez más fuertes, originando un círculo vicioso difícil de romper: mala conducta castigo… repetición de la mala conducta castigo más severo… etc.
- Las relaciones entre tú y tu hijo se resienten y pueden darse reacciones de rechazo afectivo, origen de problemas mucho más serio que los que se tratan de resolver.
- Las personas aprendemos también por imitación. Y si un niño vive normalmente castigado: o («tienen razón mis padres; merezco todo lo que me dicen») o castigará a los de su alrededor: hermano/a pequeño, compañeros de escuela etc
Muchos adultos que utilizan la violencia sistemáticamente con sus hijos o cónyuges, crecieron en ambientes de fuerte carga agresiva.
- El castigo funciona bien si:
- Es el último recurso y no la manera habitual de actuar: si gritas con frecuencia, los gritos acabarán perdiendo todo valor y tus hijos te verán como histérico/a…
Cuando castigas demasiado es que no has jerarquizado suficientemente lo que es importante y lo que no en la educación de tus hijos.
- Se sabe exactamente por qué se es castigado.
- Es inmediato, sin aplazamientos innecesarios: «ya verás cuando venga tu padre»…
- Ocurre siempre que se comete la falta, sin depender del buen o mal humor.
- Ofrece al niño una alternativa. No sólo se castiga la mala conducta sino que se explicita lo que se espera de él y el modo en que puede realizarlo.
- Permanece intacto el respeto por la persona, sin que sufra la autoestima. Son las acciones las correctas o incorrectas, no la persona. Ni «eres un inútil» ni «eres mala» sino «eso lo has hecho mal».
- No lo asocias a actividades de aprendizaje como, por ejemplo, tener que copiar o hacer cuentas o leer. Ese es el mejor método para que en el futuro odie las matemáticas o la lectura, por verlas relacionadas con situaciones desagradables.
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