Escuela de Padres

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La adolescencia supone un proceso de maduración personal, una etapa de transición a la vida adulta que comienza con la pubertad y los cambios fisiológicos a los 11-12 años aproximadamente hasta los 18-20 más o menos. Se trata de un período de construcción de la identidad personal, de cambios fisiológicos, preocupación por el físico, por la imagen personal y de necesidad de reconocimiento social.

Piaget habla de un período de operaciones formales, un pensamiento lógico que se caracteriza por el desarrollo de la capacidad de pensar más allá de la realidad concreta, incluyendo ideas abstractas. El adolescente comienza a desarrollar estrategias hipotético-deductivas, de manera que ante un problema, elabora sus hipótesis para comprobar posteriormente si se confirman.

Es una etapa en la que se generan lazos más estrechos con el grupo de iguales, siendo necesaria la integración en un grupo. Las amistades van a contribuir al desarrollo de la personalidad y al proceso de socialización e integración en la sociedad.

El adolescente espera del grupo que le permita el desarrollo de su autonomía, pero una vez que es independiente abandona el grupo porque la noción de autonomía y la de grupo se oponen. Por lo tanto, es normal que el adolescente, llegado el momento, se salga del grupo para comprometerse en relaciones más personales.

Por lo tanto, los adolescentes se van a encontrar con dos grandes fuentes de influencia social en su desarrollo: los amigos que adquieren un papel fundamental en este momento y la familia, especialmente los padres/madres. En este sentido, hay investigaciones que demuestran que las estrechas relaciones positivas, tanto con la familia, como con los amigos, contribuyen a una mejor adaptación social del adolescente.

Los padres y madres deben tener claro, por lo tanto, que se encuentran en una etapa en la que los hijos/as necesitan cariño, afecto, apoyo, comprensión y paciencia ya que, están sufriendo una serie de cambios en su forma de pensar y en su aspecto físico, que en un primer momento, no saben como afrontar y por lo tanto necesitan la ayuda de los adultos. También deben entender que si hay apoyo en el hogar los adolescentes se acercan pero si no lo encuentran, lo buscan en las amistades. Sin duda la intervención de los padres/madres es decisiva y la calidad de relación que se establece o el tipo de disciplina son determinantes.

CONSEJOS PRÁCTICOS

  • Participar en la vida de los hijos/as, fomentando una relación positiva y una comunicación eficaz.
  • Demostrar INTERÉS, amor incondicional y comprensión, estableciendo límites y normas adecuados.
  • HABLAR con los hijos/as sobre las cosas que son más importantes para ellos, aunque nos parezcan temas sensibles o complicados.
  • ESCUCHAR atentamente lo que dicen y ayudarles a relacionarse bien porque serán más felices en el centro educativo y en la vida.
  • Dar oportunidades para tener éxito, ayudándoles a conocer sus puntos fuertes porque el éxito aumenta y desarrolla la autoestima y la seguridad en sí mismos.
  • Conocer y supervisar sus AMISTADES y también las familias.
  • Dar ejemplo de buen comportamiento, valores y principios. Aprender por IMITACIÓN.
  • ESTAR ATENTOS a señales de algún problema. Si no podemos o no sabemos afrontarlo, hay que buscar la ayuda conveniente en el entorno próximo, sin agobiarse, porque todo tiene una solución. Es cuestión de contar con el apoyo preciso y la orientación adecuada.
  • Nunca hay que desanimarse. La adolescencia pasará.

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